En este post vas a encontrar la forma de que alguien te contrate sin apenas pensárselo, casi de forma impulsiva.
Esto es potentorro.
No, no es tener un portafolio espectacular. Hay miles como el tuyo.
Tampoco es enamorar a los clientes como si estuvieras en un reality show.
Y tampoco es repetir tu mensaje hasta el cansancio, aunque eso tiene su fuerza.
Nada de eso sirve frente a lo que te voy a contar.
Ahí va:
Si quieres que alguien te contrate casi sin necesidad de que vea tu web, incluso por teléfono sin saber quién eres, necesitas dominar la recomendación.
Cuando alguien te recomienda de forma sincera, lo tienes hecho.
Va un ejemplo.
Estás en casa, zapeando, y antes de ver Pretty Woman preguntas a tu amigo cinéfilo:
— Oye, ¿alguna peli que merezca la pena?
Te recomienda una.
¿Tú qué haces?
Pues la ves.
Puede que luego sea un bodrio, pero confías en su criterio y ni te lo piensas.
Lo mismo pasa cuando buscas un restaurante italiano. Vas al que te recomienda tu amigo foodie que ha ido a Italia diez veces y sólo habla de pasta.
Con todo funciona así.
Y con la fotografía no iba a ser menos.
Imagina que alguien necesita fotos para su trabajo. Ha visto cientos de fotógrafos en internet que parecen muy buenos, pero antes de decidir, pregunta a alguien que ya se ha hecho fotos.
— ¿A quién me recomiendas?
Si esa persona responde:
— Al fotógrafo que me las hizo. Quedé encantado.
Muy mal se tiene que dar para que no te contraten a ti. Porque esa recomendación vale más que todas las imágenes bonitas que vean en redes.
Así de simple.
El secreto no está en que tú digas que eres el mejor. Está en que alguien más lo diga por ti.
Feliz día.
P.D.: Si tus clientes no están recomendándote, no es por la calidad de tus fotos. Es porque no les has dado razones para hacerlo. Cambia eso, y todo cambia.