Hoy te traigo una lección que puede cambiar cómo ves tu negocio.
Va de marca personal.
Luis Bassat, uno de los publicistas más grandes del siglo XX (y probablemente de éste también), contaba una historia que lo explica todo.
Resulta que una vez le pidieron hacer una campaña para la ginebra Gilbey’s.
Para entender al cliente, una psicóloga y él se metieron en un pub a observar cómo los consumidores elegían entre su marca y la competencia.
No pasó mucho tiempo hasta que entró un hombre gritando:
“¡Quiero un gin-tonic de Beefeater!”
La psicóloga, emocionada, se acercó a él como si acabara de encontrar un unicornio.
— Disculpe, ¿le importaría participar en nuestra investigación? Usted parece un experto en ginebra.
El hombre, orgulloso, aceptó.
Le sirvieron tres gin-tonics: uno con Gilbey’s, otro con Beefeater y otro con la ginebra más barata del bar.
¿El resultado?
El experto no sólo no distinguió su favorita, sino que tampoco supo identificar la más barata.
Ahora, pregúntate esto:
¿Qué estaba comprando realmente ese hombre al pedir Beefeater?
Porque no era el sabor.
Es más: ¿qué hace que alguien te contrate a ti en vez de a otro fotógrafo si el resultado final no es tan distinto?
La respuesta a esas preguntas es simple: nadie compra productos. Nadie compra fotos.
Lo que la gente compra es lo que hay detrás de lo que haces. La confianza, la experiencia, lo que representas.
Y eso, querida persona que lees, es tu marca personal.
Tu marca personal es el reflejo del camino que has seguido para construirla.
Si no la defines tú, otros lo harán por ti. Y cuando eso pasa, es débil, manipulable y, lo peor de todo, transmite la idea equivocada.
Da igual lo bueno que seas o cuánto te esfuerces. Si no tienes control sobre tu marca, tus fotos serán como esa ginebra barata: nadie se dará cuenta del valor real que tienen.
Pero si defines tu marca y la construyes como un castillo, los clientes acudirán a ti con la misma seguridad de quien pide su ginebra favorita, aunque haya opciones más baratas.
La buena noticia es que ya tienes una marca personal. La tienes desde que naciste.
Empieza a vender con ella y no habrá quien te pare.
Feliz día.
P.D.: ¿Qué hay detrás de lo que haces? La respuesta a esa pregunta es lo que hace que los clientes te elijan a ti y no al resto.