Odio vender.
Es posible que ésta sea la página de “sobre mí” mas extraña que hayas visto en el sector de la fotografía y ahora verás el motivo.
Antes quiero que hablemos sobre por qué has entrado aquí.
Es importante.
No es que te cuente que tengo 36 años, que soy de València y que te explique desde cuándo amo la fotografía.
Nadie que entra en una bio busca eso.
Hay una pregunta que ronda a más gente y que no permite avanzar hasta saber la respuesta.
“¿Por qué debería creer a este tío cuando dice que va a mejorar mi negocio?”.
Y lo entiendo.
Somos así, necesitamos seguridad.
Aquí es cuando los expertos te dirán que para aprovechar eso crees un “sobre mí” que enamore a tu cliente, que expliques todas tus virtudes y presumas de tus éxitos para impresionarles.
Yo no creo en esas cosas.
Es más, me parece que todas las bios son igual de malas.
Tú estás aquí buscando algo, cualquier cosa que te confirme que soy un tiburón de las ventas y no voy a fallar al enseñarte lo que quieres.
Te lo voy a ahorrar; no lo soy.
Más que un tiburón soy un pececillo que siempre ha odiado las ventas y le ha sonado todo a vendehúmos.
Tal vez, queriendo evitarlas, aprendí cómo debía mostrarme hasta el punto de vivir con total libertad y la cuenta llena gracias a eso.
Lo vas a entender rápido.
En 2009 me contactó un tal Xcese porque iba a publicar su primer disco con BOA Music.
Illuminati, se llamaba el trabajo. Puedes buscarlo en Google.
Eso era mucha pasta y mucha reputación.
Acepté en el acto.
Lo di todo y cuando ya tenía el trabajo listo y les pasé mi número de cuenta, me encontré con un problema que no esperaba.
Me llamaron desde BOA para imponerme sus condiciones de pago.
Era eso o nada.
Había aceptado con tantas ganas que lo tenían fácil para torearme.
Pago a 90 días y un precio más bajo.
¿Conoces esa sensación de impotencia?
¿De que no valoren nada tu trabajo?
Tuve pánico durante días porque el alquiler de meses, la nevera llena y mi vida independiente dependían de aquel trabajo.
Me armé de valor y les respondí con las piernas temblando.
Al poco, me llamó Xcese y me dijo “tío, eres la primera persona que conozco que va a cobrar un trabajo antes de salir el disco por tus cojones”.
Desde ese día comí mejor y dormí tranquilo durante bastante tiempo.
¿Quiero decirte que se vende por fuerza bruta?
Para nada.
Con el tiempo entendí que se pueden conseguir esos resultados sin pasar por el miedo y la tensión que genera haciéndolo de cierta forma.
Que no odio vender, en realidad odio los dolores de cabeza que trae hacerlo con la mentalidad equivocada.
Odio que las ventas se alarguen.
Odio que me hagan perder el tiempo.
Odio que me intenten imponer sus criterios.
Odio el “gracias, lo consulto y te digo”.
Odio cuando piden descuentos.
Odio que quieran cambiar las condiciones.
Lo odio.
Lo odio tanto que por eso me las he ingeniado para que no llegue a aparecer ninguno de esos problemas.
Por eso no me dedico a enseñar a vender. Hago que otra gente sepa cómo mostrarse ante los clientes para que todo sea infinitamente más fácil.
¿Es bueno?
¿Es malo?
Depende de lo que busques, pero si sabes evitar las mierdas que pueden surgir, si aprendes a crearte un negocio a prueba de problemas, acabas con una vida más tranquila.
Hazme caso, los resultados están ahí.
Dicho esto, si de verdad quieres saber sobre mí, apúntate a mi lista, porque las intimidades se las cuento sólo a quien ha confiado en darme su correo.
Es posible que en algunos incluso te rías un rato
También aprenderás.
Me llamo Javier Somoza y envío un correo al día a quien también odia lo que conlleva vender mal.
Thank you!
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Por si querías ponerme cara, éste soy yo en una de las charlas por las que me pagan para dar.